Para ello es necesario contar con cosechadoras que posean monitores de rendimientos, los cuales realizarán el mapeo geo-referenciado de los lotes, generando información estratégica que será usada en la campaña siguiente para mejorar los métodos de fertilización y enmienda de los lotes.
Además, los equipos de cosecha deben contar con neumáticos de alta flotación, el tránsito de las tolvas se debe realizarse solamente por cabeceras y los rastrojos de cola de cosecha deben ser esparcidos mediante adaptadores especiales para que genere una cobertura uniformemente distribuida.
El sistema de control de cosecha adoptado el Grupo Río Negro, fue calificado en 1998 por Standard & Poors como triple AAA, por su seguridad y eficiencia en el proceso.
Este método cuenta con un planillero de cabecera donde registra todos los movimientos de producción y con la firma de tres personas que avalan dichos registros. Las tres personas son el operador o planillero (como puesto fijo) el camionero (que siempre es distinto) y un tolvero (que también es variable).
El sistema ha sido perfeccionado notoriamente con el registro que realizan las balanzas electrónicas montadas en las tolvas auto-descargables, ejecutando además auditorías sorpresas, ya sea, en el control físico como en la planilla respectiva.
Esta información es cargada a una planilla electrónica de Excel y enviada a oficina central de forma diaria, donde además se cotejan con las respectivas descargas en destino y los parámetros de calidad informados en origen.
Desde la oficina central se autoriza uno a uno los camiones que ingresan al establecimiento y se les asignan el destino y sus respectivos códigos (CTG y alfanumérico). Cada camión que carga en el establecimiento, posee toda la documentación necesaria para transitar, además el control de peso y calidad antes de la salida del establecimiento.
Cuando la mercadería es almacenada en silos bolsas en cabeceras, también quedan registrados los kilos y los parámetros de calidad más resaltantes.